Desde la época prehispánica en México, los indígenas han rendido culto a la muerte y la han concebido como una dualidad de vida, parte del ciclo de la naturaleza. Al llegar los conquistadores, el culto a la muerte se fusionó con la religión católica, dando origen a la tradición del Día de Muertos durante el 1 y 2 de noviembre de cada año.
Quienes se atreven a defender los derechos humanos son objeto de ataques cada vez en más lugares y en una escala alarmante. Se enfrentan a una oleada de acoso, intimidación, campañas de desprestigio, malos tratos, detenciones ilegítimas e incluso asesinatos. Sólo por luchar por lo que es justo. Lo que presenciamos hoy es una agresión integral por parte de gobiernos, grupos armados, empresas y otros contra el derecho a defender los derechos humanos.
Los defensores y las defensoras de los derechos humanos son personas de todo tipo de profesiones y condiciones sociales. Entre ellas hay estudiantes, líderes comunitarios, periodistas, profesionales de la abogacía, víctimas de abusos y sus familias, profesionales de la salud, docentes, sindicalistas, denunciantes de irregularidades, campesinos y campesinas, activistas medioambientales y más.
Son personas que hacen frente a los abusos de poder de gobiernos y empresas protegiendo el medio ambiente, defendiendo a las minorías, oponiéndose a las barreras tradicionales para los derechos de las mujeres y del colectivo LGBTI, y combatiendo condiciones laborales abusivas. Se interponen en el camino de la injusticia y la discriminación, de los abusos y la demonización. Y hoy son quienes más sufren el ataque global contra su derecho a expresarse.